batman: endgame

tras todo lo que se ha escrito en este espacio sobre the dark knight, sólo me queda contribuir con estos breves apuntes sobre los tres aspectos que más me latieron de la película.

es un orgasmo para los fans de los comics de los últimos veinte años.
nolan, gracias a dios, no es un geek obsesionado con los comics. me cuesta mucho trabajo ubicarlo de adolescente en la comic con de san diego formadito en una fila interminable para que neal adams le autografiara una copia del detective comics (como que uno se lo imagina bebiendo whisky en el w con el staff de gravity’s rainbow o algo así), pero no cabe duda de que ha entendido a la perfección la esencia de los mejores comics de batman, y les ha sido leal siéndoles infiel, muy infiel: su guasón no cayó en químicos que le tiñeron la piel de blanco; su ra’s al ghul es un anglosajón psicótico fascista, y no un oriental con delirios de grandeza; ¡batman entrenó con ninjas!; wayne vive en un penthouse y no en la baticueva, que de plano le dio flojera en la segunda, y alfred se comporta más como un vivido raconteur onda john huston que como un discreto mayordomo. sin embargo, lo mejor de los comics de los 80, 90 y 00’s está presente en las dos películas: el homenaje al batman year one en la secuencia de los murciélagos de batman begins; los copy cats de the dark knight que recuerdan a los sons of batman de the dark knight returns; la secuencia del interrogatorio al joker que le da una vuelta de tuerca, sin inhibiciones, a la del killing joke; los perros policiacos del batman year 100 que reaparecen aquí como los canes del sistema que persiguen al malherido dark knight; el batimóvil tanque que es clara reminiscencia del transporte del batman soldado de the cult, etcétera, etcétera, etcétera.

la deuda con los comics posmodernos fluye y conmociona. momento clave: el tsunami orgásmico que arrasa al espectador cuando batman abandona el catastróficamente dañado batimóvil en el batpod sería inoperante si no recordara con contundencia a los momentos épicos de los comics de morrison, miller, moore y pope. aquí los reclamos de pureza no valen: nolan cumple con los fans precisamente porque no comparte sus estrechos parámetros dogmáticos. pero aún más importante, nolan es leal consigo mismo: the dark knight es una película en extremo personal sobe la transfiguración y los dobles opuestos, los temas recurrentes de chris.

proyecta al imax como una alternativa deseable de exhibición.
hace ocho años, un periodo enorme en lo relativo a avances tecnológicos, vi mi primera película en formato imax: era fantasía 2000, la versión remasterizada y aumentada del clásico de disney. la cinta lucía impresionante; la secuencia de las ballenas y los pinos de roma de respighi, en especial, me enajenó por completo.

no obstante, salvo las películas de zemeckis en 3-D, interesantes como experimentos de virtualidad, el formato no había alcanzado mayor desarrollo que el de los efectos panorámicos de documentales y conciertos pensados más como atracción para museos que como templates de exhibición cinematográfica. the dark knight cambia radicalmente ese escenario. ya no estamos ante una película ampliada a pantalla gigante para convocar a un público palomero obsesionado con el more is more, como sí fue el caso de 300 o spiderman 3, sino ante un ejercicio que se ha tomado muy en serio las posibilidades del imax desde su concepción.

el resultado es notable: the dark knight es una experiencia superior en imax: no sólo porque las secuencias filmadas ex profeso para el formato son la absoluta vanguardia en términos de inmersión (uno juraría que está cambiando un cheque en ese primero set piece del banco), sino porque incluso lo capturado en 35 mm alcanza una claridad y definición que inyecta textura y tonos a las escenas más simples. ejemplo: en el crucial primer diálogo entre wayne y dent, los ojos de bayle reflejan un ligero humedecimiento que prefigura el tono de esperanza vencida con el que finaliza la película. ese detalle es sólo perceptible en imax; es decir, ¡la misma actuación cobra diferentes matices en ese formato! en una época donde la manera de ver cine parecía condenada a las pantallitas del iPod o la soledad del home theatre casero, the dark knight revitaliza al cine popular como un espectáculo que debe desbordarse en pantallas gigantes y con sonido gloriosamente surround. no es un triunfo menor.

la hermosa imagen de la perversa enfermera guasona peleando con el detonador explosivo en el mejor estilo looney tunes.
ledger to the max! fácil la imagen más corrosiva que se haya visto en un blockbuster contemporáneo.

p.d. nota de cinécdoque para michael mann: maestro, ¿cuándo empieza a experimentar con las cámaras imax?

~ by mauroforever on August 4, 2008.